“Tengo una imagen dentro de mi cabeza. Es como si
al cerrar los ojos uno viera en el espejo cóncavo del párpado una especie de
cosa. Una cosa que no se está quieta. Esta imagen probablemente se da en el
traspaso de la luz por el párpado. Entonces, podría ser el párpado y su
transparencia. Parece no tener forma ni contexto y, por más que lo intento,
tampoco un color exacto. Quizás, puede que no sea una imagen. No estoy muy
seguro”
Adolfo Bimer
“Las
inseguridades”, forman parte del nuevo trabajo de Adolfo Bimer, con distintos
procesos de experimentación de materiales (esmaltes, barnices y spray). Experimenta con distintos soportes
como foamboard, policarbonato, polipropileno, PVC y aleaciones de aluminio. El
tratamiento en sus pinturas es por reacciones químicas de los materiales pictóricos,
que después va generando a través la forma, aunque no tiene el control sobre el resultado final y la figura
que se obtenga. La pintura del artista pretende incorporar la mancha de manera
difusa, para generar escenas orgánicas. En
estos trabajos de Adolfo Bimer, la forma es la manifestación de un suspenso
como sistema para la creación de una imagen. Pero, curiosamente, los resultados
alcanzan mayor lealtad con la sensación de un cuerpo, un fragmento, un rostro,
un órgano o un hueso, un conjunto de células. Las obras nos trasladan a un
lugar donde lo orgánico es el protagonista, nos muestra la vulnerabilidad del
cuerpo humano cuando es sometido a los distintos procedimientos anatómicos. Las relaciones con los materiales
son las encargadas de definir la imagen final.
Al ver las pinturas no puedo evitar el acercamiento a las fotografías de
libros de anatomía y el claro abandono de la pintura tradicional, debido a sus
acercamientos con nuevos soportes y materiales. Cada pintura produce una calma
y perturbación, es parte del trabajo de los colores y de los matices. La
producción de una mirada perdida en el vacío y el contraste como de negativo a
la misma imagen impacta. El trabajo de Adolfo Bimer es sobre la experimentación
pictórica y la incógnita que esta puede generar debido a la realización de los
distintos procesos químicos, que no siempre pueden garantizar una imagen
esperada, método que es más certero en cierta manera en la pintura
tradicional. El trabajo de este artista, es el claro ejemplo de que
la realidad pictórica cada día más se basa en la experimentación de nuevos
métodos, en el cual se van incluyendo
nuevos materiales y soportes, alejándose del modelo estructural de la pintura
clásica. Resulta extraño comprobar
la teoría si aún el arte académico o tradicional se mantiene vigente en la
generación actual de artistas, pues generalmente las escuelas de arte, imparten
en cierta forma un campo que lleva más al arte conceptual, debido que este
tiene ya su propia marca dentro del circulo artístico nacional. Sobre todo que
en Chile el arte es plenamente institucional. Por eso el arte puede ser
entendido por aquellos críticos, teóricos que pertenecen al círculo artístico,
donde el arte tradicional ha sido desaprobado actualmente, cayendo en el comportamiento
de restringir ciertos cánones, en la actualidad lo real y clásico esta “out” no
es nada más que una excusa. Descubriendo
que hay múltiples rupturas en el arte chileno, que cada cierta década nos
golpean de manera violenta.
Por Valentina Salazar Pfister